Relojes tiempo elecciones gobierno en funciones

Dijimos ayer…

El tórrido agosto vivido en la capital del Reino puede que haya vuelto más mustias las flores de la bella rosaleda del Parque del Retiro, además de nuestras esperanzas. A unos cientos de metros del señorial enclave madrileño, los padres de la patria exceptuaron lo que siempre fue periodo inhábil, pero la excepción vino a confirmar a lo que lleva camino de ser regla: no hubo mayoría ni a la primera, ni a la segunda y el señor Rajoy, como en marzo el señor Sánchez, volvió a casa sin la confianza investida del Congreso.

 

La consecuencia es que España sigue con un Gobierno en funciones que, si no lo remedia antes un improbable acuerdo de sus señorías con más ‘siés’ que ‘noes’, podría mantenerse en la provisionalidad cuando menos hasta bien entrado el próximo enero. En el colmo de la guasa, unos y otros sí han convenido la oportunidad de cambiar la Ley de Régimen Electoral General (LOREG) para evitar el bochorno de que el tercer llamamiento a urnas en un año se produjera ¡el 25 de diciembre!

 

Parece que esa será la única reforma legislativa que alumbrarán las Cortes de la XII legislatura desde la aprobación de la Constitución de 1978. Sabido es que un Ministerio en funciones no posee capacidad de traer proyectos a la carrera de San Jerónimo y, también, que la iniciativa de la que sí disponen los grupos de la Cámara Baja podría ser retardada por el Partido Popular con la mayoría absoluta de la que dispone en el Senado… justo hasta que una nueva cita electoral nos lleve a la casilla de salida, como en la escena inicial de Atrapado en el tiempo.

 

Este cuaderno de bitácora ha señalado en más de una ocasión los cambios que entendíamos como necesarios y más o menos urgentes en nuestro edificio legislativo. Por la mayoría de ellos seguimos esperando, mal que nos pese, a que los tiempos de las provisionalidades den paso a la esperada estabilidad de los días que permiten actuaciones en firme. Y otros decayeron por resoluciones del poder judicial que felizmente reforzaron la necesaria división de poderes.

 

No obstante, y a riesgo de sobrecargar de tareas al próximo Gobierno de plenas facultades, se nos ocurre apuntar a la modificación del artículo 99 de la CE y la precitada LOREG en orden a reducir al mínimo los plazos necesarios para la elección del presidente del Ejecutivo por el Congreso. Todo sea para evitarnos semanas estériles consumidas por cabildeos y teatrillos varios que conducen a nada, acaso a la indiferencia cada vez más generalizada de una ciudadanía que entiende la vida como un ejercicio de acciones más productivas que este 2016 de sus (nuestras) señorías.

Foto: Pixabay

Y tú ¿qué opinas? Esperamos tus comentarios: utiliza el formulario que encontrarás a continuación. Si te ha gustado esta entrada, no dudes en compartirla en tus perfiles en redes sociales o por email utilizando estos iconos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *